Una propuesta de comunicación


El amor es la emoción que constituye lo humano, y en consecuencia, la comunicación, la vida en sociedad. Así, si decidimos construir relaciones de comunicación basadas en el amor, estaremos construyendo sociedades donde esta sea la emoción que guíe nuestra convivencia. Este es el principio que fundamenta un proyecto como Radio Educa y el punto de partida para las tres dimensiones de la comunicación que desarrollo en mi tesis.



Para Antonio Pasquali, la comunicación es esencia de lo social, de lo comunitario, de la relación humana: “donde no hay comunicación no puede formarse ninguna estructura social”, dice (2007:93). 

Lo interesante de su propuesta es su conceptualización de la comunicación como dimensión de las prácticas sociales, como inherente a toda estructura social. Entonces, los medios son los “aparatos”, los canales, y la comunicación es un proceso mucho más complejo que constituye las sociedades. Si se modifican las relaciones de comunicación, también cambian los procesos sociales: “toda estructura social será el reflejo del sistema de comunicaciones en ella existente, de sus cierres y aperturas, de su permisividad o controles, de su desarrollo o subdesarrollo”, dice Pasquali (2007:95), en clara sintonía con Kaplún, ciertamente.  

En este punto son un aporte los planteamientos de Humberto Maturana con respecto a la biología del amor. Él plantea que lo humano se constituye a partir del convivir en el conversar – “fluir relacional e interaccional que entrelaza las coordinaciones de coordinaciones conductuales consensuales del lenguajear con el emocionar” (Maturana, 2003:119)-, y por lo tanto, todo el quehacer humano se da en una red de conversaciones que definen a las culturas en que las personas viven (marcado por el hacer y emocionar: cocinar, la medicina, la agricultura, etc.).

Dice Maturana: “nosotros los seres humanos somos hijos del amor, y la biología de nuestras corporalidades, así como la biología de nuestro desarrollo infantil, pertenecen a la biología del amor. Pero, aún más, esto es así de manera tan fundamental, que el crecimiento normal de un niño humano requiere de la biología de la mutua aceptación en interacciones corporales íntimas con la madre, y la mayoría de nuestras enfermedades y sufrimientos surgen de alguna interferencia en nuestro operar en la biología del amor” (Maturana, 2003:119).

Entonces, sigue el autor, “los seres humanos tenemos la capacidad de vivir en el amor si crecemos en el amor, y necesitamos vivir en amor para nuestra salud espiritual y fisiológica. Sin duda que los seres humanos también podemos aprender la indiferencia, la desconfianza o el odio, pero cuando esto ocurre y se torna central en nuestra forma de vivir, la vida social se termina, y debido a que la vida social está constituida como un dominio de existencia fundado en el amor, no en la indiferencia, la desconfianza o el odio, si se acaba la convivencia social humana, se acaba lo humano” (íbidem).

El amor, por tanto, es la emoción que constituye lo humano, y en consecuencia, constituye las redes de conversaciones, la comunicación, la vida en sociedad. Así, respondiendo a Kaplún, y siguiendo a Pasquali, si decidimos construir relaciones de comunicación basadas en el amor, estaremos construyendo sociedades donde el amor sea la emoción que guíe nuestra convivencia. Este es el principio que fundamenta un proyecto como Radio Educa y el punto de partida para las tres dimensiones de comunicación que desarrollo en mi tesis: 




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