#Viajandoporlahistoria: el paradigma de la minoridad

Concepción que emerge en la Modernidad y asocia la infancia y la adolescencia a la idea de incapacidad, impidiendo el ejercicio de la autonomía. 


"No es menos digno de consideración el propio destino futuro de esos infelices. Irresponsables de ser como son, tienen derecho a que la sociedad se preocupe de ellos, los salve y los sustraiga a la sombría suerte a que aparecen predestinados (…) Y son además un desagradable y desprestigiador lunar para la ciudad. Sucios, haraposos, pedigüeños, soeces en el hablar, sugieren ideas bien poco halagadoras acerca de la sociedad a cuyo margen viven pero a la cual pertenecen en realidad" (en Rojas Flores, 2007: 97). 

Con esas palabras el diario chileno La Nación describía la situación de la niñez en el país, en 1938, dejando en evidencia la desvalorización hacia ese grupo social. El tono peyorativo, y la condición de “culpabilidad” frente a su condición precaria, que esconde la responsabilidad social de la que son víctimas, dan cuenta de un modelo que en ese momento cobraba vigencia: el paradigma de la minoridad. Esta concepción que emerge en la Modernidad, asocia la infancia y la adolescencia a la idea de incapacidad, impidiendo el ejercicio de la autonomía. El menor de 18 años se convierte así en un sujeto (u objeto) inferior, respecto al adulto. 

Según el sociólogo Jorge Álvarez Chuart, en el mundo Grecorromano no existía una palabra o una forma específica para describir a la niñez, y sólo se vinculaba este período de la vida con conceptos como “nutrir”, “criar”, y “engordar”. Asimismo, en la literatura de Platón se observan los primeros años de vida como “una posibilidad para convertirse en adulto y poder gobernar la polis. Platón describe a los menores de edad en  términos de  inferioridad, frente al varón adulto, ciudadano, y su consecuente imagen de lo no importante, lo accesorio, lo superfluo y lo prescindente” (Álvarez Chuart, 2010: 1). El período considerado como niñez es breve, por lo que deben integrarse rápidamente al mundo adulto, desde el trabajo, hasta en la forma de vestir. 

“Infancia”, viene del latín infans, que significa el que no sabe hablar y, por ello, el que se ha hablado y del que no se deja hablar. El concepto se origina a partir de la fase de ausencia del lenguaje articulado, a su fase de adquisición o de privación. “Entonces, si se privilegian las palabras como constituyentes de sentido y significado, niños y niñas que no hablan y a quienes no se les da voz, todavía no parecen haberse constituido como personas” (Grau en Políticas Públicas para la infancia, 2011:46).

En el siglo XVIII los avances en la medicina, la higiene, el desarrollo de las ciudades y el crecimiento del Estado, ayuda a disminuir la mortalidad infantil, y elevar la fertilidad. Sin embargo, la Revolución Industrial trajo consigo el surgimiento del trabajo infantil, y la concepción de los niños/as como objetos de cambio, pues los padres comenzaron a darlos en alquiler a los dueños de las fábricas. 

En Latinoamérica las cosas no eran muy distintas. Las migraciones europeas hacia el Continente provocaron que a mediados del siglo XIX aumentara el número de niños abandonados que invadían los espacios públicos. Y es en ese contexto donde surgen férreas legislaciones y decretos para controlar esta situación. Tal es el caso de la Argentina de 1919, y su Ley de Patronato de Menores, impulsada por el doctor Luis Agote, que buscaba disminuir la conflictividad social que según las clases dominantes amenazaba la seguridad de las ciudades.  
  
El historiador Jorge Rojas Flores considera que a comienzos del siglo XX ya estaba asentada la idea, por lo menos desde la institucionalidad, que era necesario asegurar un cierto bienestar material y espiritual a los niños. El autor es claro en señalar que esto no significó necesariamente un reconocimiento de derechos, sino más bien, un sentimiento de “compasión y piedad”.  El paradigma de la minoridad salía del ámbito privado y servía de base para la ejecución de políticas públicas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario